Historia del Consorcio del Agua Lanzarote
En 1974 se crea el Consorcio del Agua, integrado por los ayuntamientos y el Cabildo de Lanzarote. Desde su origen el Consorcio Insular de Aguas es una Entidad pública local con participación exclusiva del Cabildo y los siete Ayuntamientos de la Isla creado solamente para la producción, distribución y depuración de Aguas, siendo INALSA su empresa instrumental.
Su origen fue para evitar que un bien público, el agua lo gestionase una empresa privada.
El origen está en las potabilizadoras cuando en el año 1964 los hermanos Díaz Rijo compran una planta desaladora dual, es decir, que producían agua más electricidad para la Isla, ya que la demanda comenzaba a desbordar la producción y la disponibilidad de este recurso en Lanzarote.
La planta que compran era de la firma americana Westinghouse, y hasta entonces había estado operativa en la base militar norteamericana de Guantánamo. La producción era de 2.300 m3 de agua por día y de 1.500 Kw de electricidad. El sistema de producción era de termocompresión, es decir, se basaba en desalar agua del mar por el sistema de calentarla con combustible hasta la evaporación, en ese momento se desprende de la sal y luego mediante un enfriamiento se recupera el agua. El consumo de combustible era muy elevado pero el agua producida era también de una gran calidad, incluso podía ser consumida por la población.
La producción era destinada a la ciudad de Arrecife y también para el núcleo turístico de Fariones.
En el año 1973 se negocia con el Ministerio de Industria la ampliación de esta planta, pues la demanda crecía de forma notable al igual que la llegada de 38 visitantes a la isla. En este mismo año se produce una rotura de la planta que la deja inservible, lo cual obligó a traer agua de la vecina isla de Fuerteventura en buques-aljibe, en concreto se transportaron unos 5.000 m3 , cantidad a todas luces insuficiente para el abastecimiento de la población. Por ello fue necesario contratar también al “Luis de Requesen” (buque-aljibe de la armada), que trajo a la isla entre julio y agosto de 1973 otros 76 millones de litros de agua desde Gran Canaria y Tenerife.
Tras estos episodios el Estado decide hacerse con la propiedad de la planta desalinizadora de los hermanos Rijo. Éstos se resisten en un primer momento a vender Termolanza (Termoeléctrica de lanzarote S.A.) y lo que intentan es seguir manteniendo la propiedad pero aumentando el tamaño de la empresa y la producción. Por ello acuden al Banco de Valladolid y piden un crédito para sufragar dicha operación. Este intento no fructifica y de nuevo los hermanos Díaz Rijo intentan mantener la compañía, en esta ocasión comprando los derechos de abastecimiento de agua a Yaiza. La operación consistía en cambiar el agua por terrenos que estaban adquiriendo un gran valor por el incipiente desarrollo turístico. El trato consistía en cambiar mil metros cúbicos de agua por un metro cúbico de tierra. Sin embargo, el Estado no permite que tal operación fragüe debido a que se consideraba demasiado onerosa para los intereses del municipio. Ante esta situación de incertidumbre financiera de Termolanza y la necesidad de garantizar el abasto de agua y luz en la isla, en 1974 se procede a la compra de la parte eléctrica de Termolanza por UNELCO; mientras que la producción de agua quedará en manos de un Consorcio, entre Cabildo Insular y ayuntamientos de la isla, creado para tal fin.
Al año siguiente 1975 el Consorcio pone en marcha la planta desaladora Lanzarote I, que iba a ser financiada entre el Cabildo Insular con un 25% del total, y el Estado con las tres cuartas partes restantes.
La situación se mantuvo hasta inicios de los ochenta, en que el Consorcio tiene dos plantas a su servicio: la de termocompresión —de la antigua Termolanza— que producía unos 350 m3 ; y la de Lanzarote I, por el sistema de ósmosis inversa, cuya producción se establecía en 400 m3. Esta última planta, para ahorrar costes de desalación, se nutría con aguas salobres de las galerías de Famara, cuyo contenido en sales era de unos 5 gramos por litro.
En el año 1983 el Ministerio de Obras Públicas crea dos nuevos módulos en la isla, uno de termocompresión y otro de ósmosis inversa, siendo la producción de cada uno de 500 m3.
Un año más tarde es el Gobierno de Canarias quien compra una nueva planta dual de tipo M.S.F. para la isla, cuya producción se establecía en 2.500 m3 por día y en 2.500 Kw. Esta planta ya venía funcionando en la isla a cargo de la empresa Río Tinto, que la había instalado en la urbanización de su propiedad situada en Costa Teguise.
En 1986 se necesita instalar una nueva planta en la isla (Lanzarote II), con una producción de 7.500 m3. Esta desaladora es del tipo de ósmosis inversa, que da un agua de peor calidad, pero también con unos costes de producción menores. Esta planta estuvo sufragada por completo por el Gobierno Autónomo y por el Cabildo Insular.
De esta manera INALSA (Insular de Aguas de Lanzarote), que se crea como empresa en ese año, ya tenía en 1989 una capacidad de producción de 16.000 m3 por día en la isla.
Este organismo, encargado de la producción de agua en la isla, compra una nueva planta de ósmosis inversa en 1990, cuya producción se establecía en 5.000 m3.
Precisamente en este mismo año entra en funcionamiento el centro de producción del Janubio (Yaiza), con una producción de 3.600 m3 por día, siendo el sistema elegido para la producción de agua de ósmosis inversa. La intención de esta planta no es sólo la de abastecer a los núcleos de Yaiza, Uga y Femés, sino sobre todo a la urbanización turística de Playa Blanca.
La planta de Lanzarote I, que había quedado obsoleta, se para de forma definitiva.
Al año siguiente, 1991, entrará en funcionamiento la nueva planta de Lanzarote III con dos módulos de ósmosis inversa que tienen una capacidad de producción entre ambos de 5.000 m3 por día.
En 1994 es necesario poner en funcionamiento un nuevo módulo en Lanzarote III con otros 5.000 m3 por día.
En 1995 INALSA compra a Ercros los activos hidráulicos que esta compañía tenía en la isla, que a su vez los había recibido de Río Tinto, empresa que es absorbida por ésta. Las plantas que se compran a Ercros son cuatro: dos de ósmosis inversa que sumaban unos 2.000 m3 por día, y dos de termocompresión de 500 y 600 m3 por día respectivamente.
En 1996, INALSA compra otro nuevo módulo, y ya son cuatro, para Lanzarote III. Este es de 5.000 m3 por día.
Dos años más tarde la empresa de aguas del Consorcio de Lanzarote instala en la isla una nueva planta de 20.000 m3 por día, por el sistema de ósmosis inversa, que contiene una cantidad de sales en el agua de sólo 50 partes por millón.
Según el estudio de “Lanzarote Reserva de la Biosfera”, la isla tiene planteado desalar en el 2017 unos 80.000 m3 por día, este crecimiento es, a todas luces, insostenible por lo que ello supone de dependencia y de consumo de combustible, una factura que sería excesivamente onerosa para los intereses insulares con miras a la conservación medioambiental.
Con la creación del Consorcio Insular de Aguas, la administración se hace con el control del uso del agua y las comunidades de regantes entran en crisis y terminan extinguiéndose, pues ya no podían competir con los precios de los organismos públicos y sobre todo porque la disponibilidad de agua era mayor.
Ahora el negocio será transportar agua en camiones-aljibe hasta aquellos puntos donde no llega la red de abasto. Esto ha permitido que algunos se sigan lucrando a costa de un bien de interés general.
Información entresacada de distintas fuentes bibliográficas
Fuente:
MONTELONGO FRANQUIZ, Antonio J. y FALERO LEMES, Marcial A.: El Puerto del Arrecife, Cabildo de Lanzarote y Ayuntamiento de Arrecife, Lanzarote, 2000, pág. 80.
GONZÁLEZ MORALES, Alejandro: Ponencia marco ‘La cultura del agua en la Isla de Lanzarote XVI-XX, 2008’