Los vándalos están causando daños, en algunos casos irreparables, a la arquitectura patrimonial de la Isla
Las grandes infraestructuras hidrológicas antiguas de Lanzarote: las Maretas del Estado; el acueducto de Nazaret; las aljibes de Guatisea o muchas de las múltiples maretas que hay por todo el territorio insular, las gestiona el Consorcio del Agua de Lanzarote por decisión de los lanzaroteños. Estos bienes son objeto de vándalos que desconocen el valor histórico que tienen para la Isla.
El Consorcio se constituyó en 1974, fecha en que el Cabildo Insular de Lanzarote y los siete ayuntamientos de la Isla, deciden delegar la administración del ciclo integral del agua, así como la gestión de todas las infraestructuras hidráulicas existentes de carácter municipal o insular.
Estos depósitos de almacenamiento o tratamiento de agua con el paso del tiempo se han convertido en parte imprescindible para explicar el pasado y presente de la Isla. Además, la sobria funcionalidad de sus estructuras ahora forman parte de la belleza artística y del patrimonio insular.
La mayoría de estos bienes han sobrevivido al desarrollo y erosión e incluso a los intentos de restauración mal concebidos. Al mismo tiempo han pasado de mera arquitectura de supervivencia a convertirse en el presente para los residentes en un orgullo arquitectónico cultural. El tiempo y el urbanismo no pudo con ellos, pero ahora los vándalos están causando daños, además muchas veces son irreparables. Y es que son múltiples los atentados que sufren estos edificios, no solo por pintadas, sino también por rotura de puertas e incluso derrumbe de muros en algunos casos.
El Consorcio apela a la conciencia de los ciudadanos para que sepan inculcar en su entorno la sensibilidad y necesidad de protección de todos estos bienes patrimoniales.
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